Momentos, sensaciones y sentimientos.
Elbrus mueve la cola cuando algo le gusta. Es una reacción instintiva y natural ante aquello que despierta su mente y acelera su corazón. A nosotros, los mejores amigos de Elbrus, nos ocurre
algo parecido. La montaña y las sensaciones y sentimientos que vivimos en ella nos despiertan y aceleran de tal forma que la reacción instintiva es captar el momento y transmitir el sentimiento.
Esta singular obra que tienes en tus manos es una pequeña recopilación de algunos de esos momentos y sentimientos, vividos en compañía de Elbrus, en escenarios de alta montaña o camino hacia ella.
La pequeña historia que aquí contamos tiene cuatro protagonistas: Elbrus, las montañas, las imágenes y las palabras. Elbrus aporta un punto diferencial a la fotografía de montaña tradicional. Su sola presencia parece humanizar estos lugares maravillosos pero también enigmáticos y casi siempre hostiles al hombre.
Las montañas, desde sus más profundos valles hasta sus cumbres más elevadas, son los lugares donde experimentamos vivencias únicas, inspiradoras, motivadoras y, en ocasiones, trascendentales.
En cuanto a las imágenes, son el esfuerzo instintivo y casi nunca premeditado de retener un significado, llevarlo consigo y mostrarlo. Las fotografías seleccionadas para este libro aspiran, pues, a transmitir un significado, el que ha inspirado al fotógrafo a disparar su cámara.
Finalmente, las palabras pretenden expresar aquellos sentimientos y aquellas emociones que hemos experimentado todos quienes que en alguna ocasión hemos estado “por ahí arriba”, entre nubes, vientos, nieve, lluvia, niebla, crepúsculos, rocas, aristas… Allí, en una cumbre cualquiera, bajo el sol, mirando al horizonte, escrutando nuestro interior.
A través de las siguientes imágenes y palabras, Elbrus te guiará en una ascensión imaginaria a una montaña de momentos, sensaciones y sentimientos. Si tú has estado en esta montaña la
reconocerás y revivirás a cada paso. Sin embargo, si no has tenido oportunidad de andarla, ahora lo harás mientras descubres porqué la montaña hace sentirse vivos a quienes la escalan y cómo, por ello, condiciona su forma de ver y entender la vida.
Nos encontramos en la cumbre.